Prevención: lo mejor y siempre aconsejable es la prevención. Es indispensable que se mantenga al joven bien informado, hablarle desde que ya tiene 8 años en adelante de las consecuencias de las drogas y darle la debida información, como no aceptar, por ejemplo, dulces o alimentos que provengan de extraños, sobre todo fuera de las escuelas.
Ahora bien. Cuando el joven ya es adicto y aun está a cargo de los padres o tutores, y apenas empieza la adicción, puede ayudársele de muchas formas:
Cuando sólo hay sospecha de que el joven se droga
En caso de sólo sospechar la adicción (cuando el joven aun no lo ha reconocido abiertamente), es necesario tomar cartas cuanto antes y hablarle con franqueza al joven de las consecuencias a las que se expone, dándole detalles de todo lo que puede padecer en caso de seguir. Es muy probable que el joven se sienta ofendido o rebelde y no desee hablar del asunto. En este caso, es necesario abordar el tema en tono amigable, evitar el reproche, el juicio de “estas mal”, o la amenaza o castigo para que deje de hacerlo. Esto sólo conducirá al joven a que acentúe su rebeldía y su adicción.
¿Cómo hablarle a un joven drogadicto?
Se debe ser firme y claro, pero nunca impositivo ni hablar en tono desesperado o enfadado. Para esto, es necesario que el padre o guía se haya desenfadado primero y comprenda que lo más importante es que el joven valore la situación y se dé cuenta por el mismo lo que hace mediante una auto-reflexión guiada. Imponerle, reprocharle o hablarle en tono amenazador sólo aumentara su rechazo a escuchar y a rebelarse.
Para empezar a entablar un diálogo constructivo, hay que buscar un momento adecuado, cuando el joven este en casa o viendo tv. No le diga que necesita hablar con él pues esto enfada con anticipo a muchos jóvenes que ya saben que se les puede reprochar o, en caso de que no se sepa abiertamente de la adicción, pueden sentir la amenaza de ser descubiertos y reprendidos, y se cerraran al diálogo.
Lo mejor es, por ejemplo, empezar el tema cuando se esté terminando de comer o cuando haya acabado un programa de tv, etc. Entonces, se debe empezar por preguntar de forma amigable al joven que cuál es su opinión de las drogas, y que si sabe las consecuencias que estas generan. Si el joven se niega o resiste a hablar, háblele usted, con tono paciente y sensible, de las consecuencias de esto. Explique con detalle lo que generan las drogas y exprésele su preocupación por él. Evite compadecerse y compadecerlo, sea más un amigo preocupado que un padre desesperado que no sabe qué hacer.
Evite, además, decirle que “está mal hacerlo”, pues esto sólo genera una tremenda ansiedad en muchos jóvenes al sentirse que hay algo malo en ellos. Debe sólo expresar las causas y las consecuencias, y hacerlo reflexionar con preguntas claras y directas que lo confronten cómo: “¿Qué crees que pasaría si uno toma drogas en el cuerpo?” “¿Te gustaría quedarte ciego?” ¿Qué crees que sienta tu cuerpo cuando ingieres ciertas sustancias?” “¿Necesitas mi ayuda?”
Es bueno mencionarle que él es responsable de su vida, y quien padecerá las consecuencias será él o ella, y no usted. Dígale que usted lo aprecia y le considera valioso (eso es importante), pero que si él decide tomar ciertas decisiones en su vida, estas desembocaran en determinados resultados. Hágale ver que usted lo puede cuidar hasta cierto punto, pero que no puede estar con el las 24 horas del día, asé que tendrá que aprender a cuidarse sólo y a valorar las decisiones que toma.
Tome en cuenta que:
Una de las causas de las adicciones es que el joven no encuentra valor o sentido en su vida, lo cual puede deberse a un excesivo autoritarismo en casa o a una educación muy permisiva (indulgente) donde al joven se le permite todo y se le perdona fácilmente lo que hace. Es necesario que en casa se aprendan a poner límites y que se haga consiente al joven de las consecuencias de sus actos, si hace algo, el debe componerlo o solucionarlo, no le solucione todo, deje que el aprenda a valorar sus acciones, y tampoco sea impositivo, mejor dialogue y ayúdele a pensar.
Si desea aprender cómo poner límites (lo cual es importantísimo en niños y jóvenes como medida preventiva de la drogadicción) consulte este enlace:
Como criar jovenes sanos inteligentes y creativos
Además de lo anterior, es necesario que en casa se tengan hábitos saludables, los cuales ayudaran a formar el carácter del joven. Comer a una hora y reunirse con el joven aunque sea en las comidas. Muchos de los problemas de adicción en jóvenes vienen porque se ha descuidado su educación, se deja a los jóvenes solos o que convivan mucho con los amigos, internet o vídeo juegos, se descuida la relación en el hogar.
La rapidez con que se vive hoy requiere de que haya personas adultas alrededor de los jóvenes para orientarlos, sin embargo, muchas veces los padres dentro de tantas actividades, no están dispuestos a escuchar al joven o a simplemente no estar siempre ocupados para que ellos sientan la oportunidad de comentar cosas que sienten.
Si el joven ya es adicto, es necesario mientras se le apoya con lo anterior, que se le mantenga una dieta rica en verduras y frutas y fomentarle el consumo de agua pura, de manera que su cuerpo desaloje más rápidamente los efectos de las drogas.
Si siente que el problema se sale de las manos, no dude en pedir apoyo a profesionales.
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