La economía familiar: un trabajo en equipo



Generalmente el dinero es un tema que las parejas evitan, debido a que puede causar ciertos conflictos en la relación. Sin embargo, evadir este tema puede ser muy perjudicial, además de que empeora la situación.

La clave: la comunicación

La mejor opción para resolver cualquier problema es la comunicación y cuando se está hablando de dinero, sí que es cierto. Por más que se evite tocar el tema, tarde o temprano saldrá a flote y debido a esa represión se le añadirán señalamientos hirientes que se pudieron haber evitado a través de la conversación.

El manejo del dinero debe ser una tarea conjunta entre los dos cónyuges, como equipo que son, deben tratar este tema con mucha delicadeza y realismo.

Es conveniente sacar un tiempo mensual para que ambos cónyuges revisen sus finanzas personales y evalúen la economía familiar.

No olvidemos que las crisis económicas o en general todas las dificultades, nos permiten madurar, crecer y hasta pueden fortalecer el matrimonio. Eso depende de la actitud con que tomemos la situación. Es importante estar muy unidos en los momentos de escasez material, apoyarse mutuamente y ser positivos para lograr superar la adversidad.

Relación del cónyuge con el dinero

Es primordial identificar el tipo de relación que tiene el cónyuge con el dinero, es decir, hay unos ahorradores, otros más gastones, otros arriesgados, otros conservadores. Una vez se tenga claro este perfil, comprenderemos muchas de las actitudes de la pareja y partiendo de esa base, lograremos llegar a un acuerdo equitativo.

Se puede identificar cuatro tipos de parejas según sea la personalidad del cónyuge y su relación con el dinero:

Gastador - Ahorrativo: uno compra espontánea e impulsivamente; el otro todo lo presupuesta y se resiste a comprar algo no planeado.

Preocupado - Negador: uno habla mucho de dinero y se obsesiona con el tema; el otro odia lidiar con cuestiones de dinero. Uno piensa que todo lo referente al dinero es sucio y para el otro, su autoestima depende de lo que tiene ahorrado.

Soñador - Planeador: uno es visionario con muchos sueños, pero sin saber cómo concretarlos; el otro todo lo planea y lo calcula.

Arriesgado - Poco arriesgado: uno quiere sólo inversiones seguras y no tolera el riesgo; el otro ama la aventura. Uno quiere tener todas las cuentas juntas, el otro todo separado.

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