Nada más frustrante, incómodo y, en ciertas ocasiones, embarazoso y vergonzoso, que un hipo descontrolado. ¿Se puede controlar el hipo? Por suerte, existe más de un remedio eficaz…
El hipo ha estado presente desde antes que el hombre fuera hombre. Se le define como una contracción involuntaria y espasmódica del diafragma que provoca un sonido similar a una tos seca, aunque más profunda y aguda. Esto de “Provoca un sonido similar al de una tos seca”, no es muy convincente. Sin embargo, todos hemos sufrido alguno y sabemos muy bien de qué hablamos.
Al ser incontrolable y constante cuando se presenta, daríamos cualquier cosa por hacerlo desaparecer, sobre todo en situaciones comprometidas: lugares públicos donde debemos permanecer en silencio, una situación seria, o peor aún, si estamos hablando frente a un público. En esos momentos quisiéramos tener algún remedio rápido y eficaz.
Si llevamos a la práctica alguno de los siguientes remedios y vemos que funciona, deberíamos adoptarlo y tenerlo guardado en la mente, para poder controlar estas situaciones tan molestas y enervantes. Olvidemos eso de recibir un susto o aguantar la respiración para que el hipo desaparezca.
Crema de cacahuete
Siempre se ha mitificado a este alimento, incluso se dice que es lo peor para el colesterol, pero nada más alejado de la realidad. La crema de cacahuete es excelente contra los altos niveles de colesterol. Una buena cucharada introducida directamente en la boca, sobre todo esa con pedacitos de cacahuete para masticar –“crunchy”- provoca salivación y un cambio en la respiración que favorecen la desaparición del hipo. ¡El problema es encontrarla en medio de una conferencia!
Mascar un poco de eneldo
Hay gente a quien no le gusta esta hierba aromática, pero en términos generales, es un sabor agradable. Está comprobadísimo que al masticar semillas de eneldo, éste actúa directamente sobre el nervio vago, que rige la musculatura relacionada con el diafragma. Así que de hoy en adelante, si sufrimos constantemente ataques de hipo, metamos en el bolso o en la mochila unas semillas.
Degustar un poco de miel
Una cucharadita de miel disuelta en un poco de agua tibia es perfecta. Intentamos poner esta mezcla en la parte más trasera de la lengua. Sucede como con el eneldo, actúa sobre el nervio vago y detiene entonces la crisis de hipo.
El truco de la toalla de papel
Este remedio consiste en llenar un vaso de agua y cubrir la parte superior con una toalla o servilleta de papel. Entonces, haremos como si fuéramos a beber el agua, sin embargo habrá una barrera física –la toalla de papel- que nos lo impedirá. Debemos hacer un esfuerzo por “succionar” el agua a través del papel. Este esfuerzo “tensa” el diafragma lo que incide directamente sobre su musculatura y espasmos.
Una cucharada de azúcar
Aunque carece de pruebas científicas, la creencia popular avala este remedio y lo convierte en uno de los más conocidos y socorridos, sobre todo entre la población más susceptible. Una cucharada de azúcar “tragada” directamente (sí, tragada), provoca una ligera irritación en el esófago, y se cree que eso “reacomoda” nervios y músculos de la zona.
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