Belleza después de los 50



La prolongación de la expectativa de vida está revolucionado la cotidianidad y los proyectos que nos trazamos. A partir de esto, en las últimas décadas, los parámetros de juventud y madurez han cambiado radicalmente. Y con ellos, se ha resignificado una de las etapas más cruciales en la vida de las mujeres: la menopausia. El tabú fue superado: las mujeres de hoy viven esta circunstancia como el comienzo de una nueva fase, tanto o más intensa que las demás, que no marca el fin de nada, sino que trae transformaciones provechosas.

“Hoy la menopausia es una etapa más de la vida que ya no se toma con el dramatismo con el que se la veía en el siglo pasado. Hace 50 años, la menopausia tocaba a una mujer que ya estaba retirada del mundo social y del mundo del trabajo, entonces no la limitaba ni la afectaba en su autoestima de la misma manera. Hoy, las mujeres quieren y buscan llegar a esta etapa de sus vidas con un aspecto joven, porque es así como se sienten. Una mujer de 50 o 60 años en la actualidad es una mujer súper activa, que se siente bien y tiene proyectos, y quiere que esto se vea reflejado en su piel”, señala Patricia Dermer, doctora en química y directora de Lidherma.
Los cambios en la piel son, junto con la aparición de una serie de síntomas físicos, una de las consecuencias más visibles y palpables de este proceso de transformación, ya que los estrógenos tienen un papel fundamental en su funcionamiento: aumentan el grosor y mantienen la humedad y la elasticidad cutáneas.

Son, justamente, estos tres aspectos primordiales para una piel sana y joven los que más se ven perjudicados por la disminución del nivel estrogénico. “El rasgo más estudiado y más característico de esta disminución hormonal es el deterioro del colágeno dérmico, que tiene como consecuencia la pérdida de densidad y sostén de la red fibrosa, lo que genera atrofia y atonía cutánea, es decir, formando arrugas”, detalla la doctora Navarro Tuculet. Según establecen los estudios, en condiciones normales la síntesis de colágeno desciende alrededor de un 2 % anual a partir de los 30 años, en tanto que esta reducción trepa al 30% –en el colágeno tipo I y III– en los primeros 5 años de la menopausia. Como resultado, las fibras de colágeno pierden su cualidad estructural, se deshidratan y se tornan rígidas. Además, se deterioran las fibras elásticas y, por último, se evidencia un rasgo notable de la piel menopáusica: la xerosis o sequedad cutánea, ya que al caer el estímulo estrogénico disminuye la síntesis de esfingolípidos y se altera la esterificación de las ceramidas, dos procesos importantes para la humectación.

Si bien las cremas son el principal aliado a la hora de enfrentar los cambios que se vienen, no es ni debe ser el único. Además de consultar a un especialista para encontrar un tratamiento cosmético adecuado, es fundamental reforzar las medidas preventivas. “El estado de la piel depende de una gran variedad de factores, entre ellos, el envejecimiento cronológico, es decir, el propio paso de los años; factores ambientales como la exposición al sol y el consecuente fotodaño, el hábito del cigarrillo, los cuales junto a la reducción de estrógenos propia de la menopausia, llevan a profundas alteraciones en la piel”, remarca la doctora Rey.

Las oportunidades que la ciencia ofrece hoy a las mujeres que han cruzado la barrera de los 50 son, en realidad, consecuencia de un proceso que se produjo, antes, en lo social y cultural. “La menopausia ha perdido el estigma que tenía en el siglo pasado: hoy las mujeres ocupan múltiples roles en la sociedad, por lo que el fin de la edad fértil ya no implica, como sucedió hasta no hace tanto tiempo, la caducidad de su ‘función’ de madre, y por lo tanto su caducidad como sujeto. Las mujeres hoy cumplen múltiples funciones y pueden ser muchos sujetos que exceden absolutamente los tiempos biológicos, y esto, junto con la prolongación de la expectativa de vida ha producido, en muy pocos años, cambios radicales en lo social: hoy nadie se anima a representar a una mujer de 60 años como una abuelita tejiendo, y la publicidad puede mostrar a una mujer de 72 años (Jane Fonda) como ideal de belleza y, además, hablar de futuro y proyectos. Esto era imposible hace unas décadas”, explica la analista de tendencias Díaz Alarcón.

Esto redunda, según explica, en una mirada positiva al proceso de envejecimiento y en un cambio de paradigma respecto de la belleza: “La juventud es hoy el mayor imperativo social, pero también lo es el ser único, personal y diferente a los demás. Por eso, el punto de rechazo es la estandarización de la cirugía de la década del 90. Hay una valoración de la belleza sin perder la identidad y con personalidad”.
COMO CUIDARSE LA PIEL

Realizar un tratamiento cosmético adecuado es el pilar fundamental en la lucha contra el envejecimiento a partir de los 30 años y, aún más, en los 50. Sin embargo, existe una serie de cuidados extra que los especialistas recomiendan para disminuir los signos del paso del tiempo y la falta de estrógenos:

Protección solar: utilizá filtros solares UVA y UVB durante todo el año, variando el índice de protección de acuerdo a la época y la calidad del sol al que te expongas.

Hidratación: tomá entre 1,5 y 2 litros de agua por día.

Exfoliación: además de la limpieza diaria, realizate peelings cosméticos para favorecer la eliminación de las células muertas y limpiar los poros. La piel se mantiene más luminosa, elástica y homogénea.

Vida saludable: mantené una dieta balanceada rica en vitaminas y fibras, hacé actividad física de manera regular, moderá el consumo de alcohol y cafeína, y evitá el cigarrillo.

Fuente: Yahoo Mujer

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